miércoles, 6 de marzo de 2019

Romeo and Juliet

Hola Iván.
Cuantísimo tiempo.
Me imagino lo mucho que habrá cambiado tu vida, porque la mía sí lo ha hecho, no sé si para bien o para mal, pero lo ha hecho, y creo que estoy contenta con cómo he crecido. Hay un par de cosas que cambiaría, por supuesto, pero son cosas por las que estoy pasando ahora y que creo que superaré, porque los dos sabemos que tengo la fuerza suficiente como para hacerlo.
Pero sí, he vuelto a acordarme de ti, y no sé por qué.
Estoy escuchando una playlist para escritores, y son todas canciones que hablan de libros. Y por supuesto tengo los sentimientos a flor de piel, pero estoy bien.
Sabes que me he enamorado muchísimo, de hecho tú fuiste el primero de todos ellos, y qué desgracia la mía.
Estoy cansada de enamorarme y de que no se enamoren. No creo que esto funcione así. Creo que el amor tiene que ser algo de dos, y de verdad, solo se han enamorado de mí una vez. Y no me gustó el amor que fue, no era sano, no era bueno, no era amor. Pero fue, y ya está, no puedo hacer nada para cambiarlo.
En cambio, sí puedo hacer algo para cambiar esta situación, el caso es que no sé qué es. Seguramente lo que tengo que cambiar es la forma que tengo de engancharme a causas imposibles, porque si me dijeses que me fijo en chicos que sé que quieren algo serio conmigo, genial, pero no es el caso. Como mucho siempre acabo con alguien que lo único que quiere es físico, físico y físico.
No sé qué era lo que querías tú, pero recuerdo todo el daño que me hiciste.
El caso es que he decidido, una vez más, que si no me quiero yo, no me va a querer nadie, que tengo que dejar de ir detrás de toda la gente, y darles tiempo para que se den cuenta de qué soy, de lo muchísimo que valgo, y de lo poco que saben de sentimientos.
Quiero encontrar a alguien, de verdad, quiero encontrar a alguien que me mire y sienta que se le cae el mundo encima, que me abrace y se sienta en casa, que me hable y me escuche todo el tiempo, sin cansarse, que me mime, porque sí, porque soy sensible y delicada aunque tenga una coraza de hierro que diga lo contrario. Quiero que me pregunten cómo estoy, y que sepan cuando miento y cuando no, que me regalen sonrisas por mil y lágrimas por un millón, porque quien te ríe, y te llora, muestra toda la confianza que tiene puesta en ti. Quiero que me acaricien la espalda hasta quedarme dormida, que me despierten con susurros, que me dediquen canciones, que hablen de lo mucho que me quieren con otras personas, que me demuestren que soy algo importante en su vida. Quiero que miren al techo teniéndome apoyada en su pecho y que no vean el final de nada de esto, que se abra un infinito en su corazón en el que pueda sumergirme y disfrutar de él.
Quiero llorar, reír, saltar, gritar, soñar, amar, vivir. Y quiero que me quieran.
No pido mucho, ¿no?
A ti no te olvido, pero ya no te quiero.
Gracias por seguir aquí, de vía de escape para mis sentimientos.

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